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Castelló d'Empúries es una ciudad medieval en la provincia catalana de Girona . Situada a unos 140 kilómetros al norte de Barcelona. La fiesta medieval Terra de Trobadors , de varios días de duración, tiene una importancia supracomunal y pretende, en particular, rememorar los viejos tiempos en los que Castelló d'Empúries era todavía la capital del condado de Empúries. El pueblo está a unos 3 kilómetros del mar.
El término municipal está dividido en dos partes: la que originariamente era el núcleo del municipio y, a unos 2 km en línea recta, un complejo turístico a orillas del mar llamado Empuriabrava.
En verano se multiplica la población a causa de la gran afluencia de turistas. En los últimos años han surgido también otras urbanizaciones como Mas Nou, que está al otro lado de la carretera de Roses, y queda separada de Empuriabrava , y Castelló Nou que también queda separada, en este caso del casco antiguo, por la misma carretera.
El punto de referencia del municipio es la Basílica de Santa María, una iglesia gótica construida en los siglos XIV y XV. También se la conoce con el nombre de "Catedral de l'Empordà" o "Catedral de Castelló d'Empúries", aunque nunca tuvo categoría de catedral.
El centro histórico de la villa presenta un entramado de calles estrechas, de recorrido irregular y dispuestas siguiendo la pendiente del terreno. Muchos de ellos presentan pavimentos de adoquines repuestos y otros completamente restituidos, construidos con pequeños guijarros. Los nombres de las calles y plazas y su distribución dentro del núcleo nos deja ver el grupo gremial de los inicios de la villa.
De la muralla que rodea la villa medieval, rehecha en los siglos XIII-XIV, queda un buen tramo en el sector de la acequia del Molí, que transcurre por el antiguo foso. En este tramo se encuentra el Portal de la Gallarda, la única de las siete torres que se ha conservado y que ahora se encuentra integrada en el jardín de un restaurante. Es una torre de planta rectangular abierta con un portal de medio punto apoyado en impostas.
El convento y la iglesia de los Agustinos fueron construidos en el siglo XVIII después de que su antiguo convento, situado extramuros, hubiera sido destruido por los franceses en 1655. En la puerta de acceso al convento se encuentra la fecha de 1749. El claustro y las antiguas dependencias conventuales se han visto muy modificadas porque después de la desamortización fueron convertidas en vivienda particular. Actualmente forman parte de un conjunto hotelero. Cabe destacar la puerta, hecha con grandes sillares blancos que conforman dos pilastras y una cornisa. Encima hay una hornacina con una imagen de san Agustín. De la iglesia, el elemento más significativo es el campanario, de torre ochavada, con gárgolas en el coronamiento.
La Torre Carlista o Fort Fuseller fue construida durante la segunda mitad del siglo XIX a raíz de las Guerras Carlistas. Posteriormente fue transformada en vivienda.
Es una torre de planta circular, de dos pisos, con la base ataludada. Está rodeada de aspilleras, protegidas por arcos rebajados, algunas de las cuales han sido transformadas en ventanas. La puerta de acceso es de medio punto.
Al contemplar los más de 5.000 amarres, la mayoría de ellos con acceso directo a las residencias, no puedo evitar soñar con tener mi propio rincón junto al agua. Empuriabrava es un lugar mágico que ofrece el puerto más protegido de toda la costa mediterránea, lo que brinda una sensación de tranquilidad y seguridad a los navegantes que lo eligen como su refugio.
Mi primera parada en esta zona me lleva al encantador pueblo de Castelló d'Empúries, una villa medieval que parece haber detenido el tiempo. Las huellas del pasado son evidentes en cada rincón de esta ciudad que una vez fue la capital administrativa, social y económica del Empordà medieval. Caminar por sus calles empedradas es como retroceder en el tiempo y dejarse envolver por la historia que se respira en el aire.
No puedo dejar de maravillarme ante la imponente muralla y el Portal de la Gallarda, testigos silenciosos de antiguas batallas y eventos que han dado forma a este lugar. La Basílica de Santa María también me cautiva con su majestuosidad y su rica historia religiosa, recordándome la importancia de la fe en tiempos pasados.
A medida que exploro más a fondo, descubro el Convento de Santa Magdalena y el Palacio Condal, dos lugares que me transportan a la vida cotidiana de la época medieval. Es como si pudiera sentir la presencia de aquellos que vivieron y dejaron su huella en estos muros. La Curia, con su aire sombrío, me recuerda que la historia no siempre es perfecta, pero nos enseña valiosas lecciones sobre la evolución de la sociedad.
El Ecomuseu Farinera y los lavaderos públicos son otros destinos que complementan la experiencia cultural de Castelló d'Empúries. Estos lugares me permiten sumergirme en la vida cotidiana de épocas pasadas y apreciar la importancia de la industria y las tradiciones locales que han moldeado esta región a lo largo de los años.
