Optimización de los precios por noche para aumentar las reservas y los beneficios de la propiedad. Ofrecemos una gestión completa de la propiedad.
Limita con el Mar Mediterráneo y los términos municipales de Calonge, Vall-llobrega , Mont-ras y Forallac. Su situación geográfica, en medio de la Costa Brava, le ha convertido en un centro turístico de primera magnitud.
El conjunto portuario aglutina a tres importantes sectores: el pesquero, el comercial y el turístico.
Palamós se encuentra al norte de una gran bahía que ofrece buenas oportunidades para la natación, el surf y la vela. Palafrugell se encuentra a 8,5 km al norte y Castell-Platja d'Aro a 7 km al sur. Nuestros servicios de gestión de apartamentos turísticos en Palamós son realizados por profesionales.
La fiesta mayor de Palamós se celebra cada año entre el 23 y el 26 de junio. El Carnaval de Palamós es una de las fiestas de invierno más importantes y uno de los carnavales pioneros de la Costa Brava.
El producto principal de la pesca en Palamós es la gamba roja. Actualmente se están empleando recursos y esfuerzos para hacer justicia a su calidad inigualable: marca de garantía, presentación en nuevos envases, estudio de mercados, selección y conservación más cuidadosa. La especie estaba amenazada por la sobrepesca, pero un proyecto de desarrollo pesquero sostenible ahora está equilibrando la naturaleza y la economía.
El puerto de la actual Palamós se utilizó durante las etapas prerromanas y romana, pero entró en desuso hasta que Pedro el Grande en 1277 encargó la compra del castillo de Sant Esteve, construido sobre restos romanos.
Es el amplio paseo marítimo que se alarga desde la plaza Murada, frente al casco antiguo hasta enlazar con el término de Sant Antoni de Calonge. Una barandilla, interrumpida con escaleras de acceso a la arena y miradores semicirculares, separa la playa de las construcciones situadas en primera línea del frente marítimo. Una doble hilera de plátanos conforma el tramo central, sin pavimentar.
El barrio de San Juan es un antiguo núcleo formado por algunas masías y un grupo de casas en torno a la iglesia de santa Eugenia de Vila-romà. En el siglo XIII formaba parte de la alcaldía real de Palamós pero desde 1800 hasta 1942 fue un municipio independiente. Limitaba al norte con Fitor y Mont-ras al sur con Palamós y al oeste con Calonge. Su antigüedad y el hecho de no haber sufrido la presión urbanística del Palamós marí, le ha permitido mantener una identidad propia, con varias casas de los siglos XVII al XIX que conservan en buena parte su antigua fisonomía.
La bahía de fina arena me recibe con sus aguas cristalinas y suaves olas que rompen contra los acantilados, creando un paisaje impresionante.
Decido comenzar mi exploración por las playas y calas que hacen famosa a Palamós. Me quito los zapatos y siento la arena cálida bajo mis pies mientras camino por la orilla. El sol brilla en el cielo y las aguas invitan a un refrescante baño. Me sumerjo en el mar, dejando que sus abrazos salados me envuelvan y me lleven lejos de todas las preocupaciones.
Después de disfrutar del mar, decido visitar el puerto pesquero. Me maravillo al ver a los pescadores descargar sus capturas del día y escucho sus historias de aventuras en alta mar. No puedo resistir la tentación de probar los mariscos frescos en uno de los acogedores restaurantes cercanos. Cierro los ojos y saboreo cada bocado, deleitándome con los sabores del mar.
Continúo mi recorrido por el casco antiguo de Palamós. Las calles estrechas y empedradas me transportan a épocas pasadas. Me detengo frente a la imponente iglesia de Santa Maria, maravillado por su arquitectura. El barrio del Pedró me envuelve con su encanto y me pierdo entre sus callejuelas llenas de historia. Descubro la ermita de Bell-lloc, la iglesia de Santa Eugenia de Vila-romà y la capilla del Carme, cada una con su propia belleza y misterio.
Decido alejarme un poco del bullicio y me dirijo al macizo de Les Gavarres. Mientras subo por los senderos, las vistas panorámicas de la costa me dejan sin aliento. La tranquilidad de la naturaleza me rodea y me sumerjo en la serenidad del entorno. Camino entre árboles frondosos y me detengo de vez en cuando para disfrutar de la brisa marina y escuchar los sonidos de la fauna local.
Antes de despedirme de Palamós, visito el Museo de la Pesca. Aquí aprendo sobre los orígenes pesqueros de la población y la importancia de esta actividad en la vida de la comunidad ampurdanesa. Me sumerjo en la historia y las tradiciones marítimas, y salgo con una nueva apreciación por el vínculo entre el mar y la gente de Palamós.
Cala S'Alguer es una pequeña cala situada entre la Fosca y la playa de Castell, con antiguas barracas de pescadores, muchas de ellas adaptadas a la actividad turística. Son pequeñas construcciones con bóvedas de ladrillo a la catalana, originalmente destinadas a guardar las barcas y utensilios de pesca. Es considerada como una de las calitas con más hechizo de toda la Costa Brava. A la derecha de la cala hay un frondoso bosque de pinos, llamado la Pineda d'en Gori.
La existencia de Villa Romani está documentada desde el año 1161. El castillo, situado en un rellano del Montagut, fue vendido por su señor, Pere Alemany, al obispo de Girona, Pere de Castellnou, el año 1276. Sólo se conserva una parte de la torre maestra y algunos restos de los edificios que la rodeaban. Parece haber un primer castillo, construido probablemente en los inicios de la época feudal, al que se añadieron otras construcciones en el siglo XIII y quizás otras al final de la edad media.
