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Torroella era una villa amurallada desde la época alto-medieval. El crecimiento del casco urbano obligó a ampliar la muralla hacia el siglo XIII y ese perímetro fortificado se mantuvo hasta el siglo XIX. La muralla tenía seis puertas y varias torres, de las que sólo se conservan dos, la de Santa Caterina y la de las Bruixes.
El portal de Santa Caterina, que atraviesa la torre del mismo nombre, fue construido en el siglo XIV. La torre es de planta cuadrada, está coronada con almenas y tiene aspilleras en los laterales. Desde el interior del recinto se pueden ver los dos pisos, cubiertos con bóveda apuntada. Al lado del portal se conserva un tramo de muralla donde también podemos ver las aspilleras de vigilancia.
La Torre de les Bruixes formaba parte de la antigua muralla de Torroella y fue una de sus últimas fortificaciones, construida en el siglo XVI, por lo que se conocía como la Torre Nova. Es una torre de planta circular, con la base ataludada, hecha con hiladas de sillares sólo careados, abierta con aspilleras, aptas para arma de fuego. Al lado de la torre hay un tramo de muro con una puerta de medio punto, ahora tapiada.
El Castillo de Montgrí está situado en lo alto de la montaña de Montgrí, de una altura de 315 metros, fue construido por encargo del rey Jaime II entre los años 1294 y 1301. Su construcción debe situarse en el marco de los enfrentamientos entre el rey y el conde de Empúries, Ponç V, que señoreaba el castillo vecino de Bellcaire. Sometido el conde durante el curso de las obras, éstas fueron interrumpidas y el castillo nunca llegó a terminarse. Sin embargo, la mayor parte de la construcción, que se conserva en muy buen estado, ya estaba altura.
Situada a los pies del Montgrí, la ermita de Santa Caterina fue fundada hacia el año 1390 por frailes procedentes de Montserrat. Gozó de gran popularidad durante los siglos XVII y XVIII, época a la que pertenece la mayor parte de las construcciones que nos han llegado. En el edificio original se añadieron dos naves laterales así como la casa del ermitaño y la hospedería. En el retablo se encuentra la fecha de 1702, la misma que en el dintel de la puerta principal. Se hicieron obras de restauración a principios del siglo XX.
El ensanche de Torroella, más allá del cercado fortificado del castillo y la iglesia, se inicia a caballo de los siglos XIII y XIV y representa en la actualidad el mejor ejemplo de la comarca como trazado de villa medieval, muy poco alterado por el paso de los siglos. Fue en esa misma época que se urbanizó la plaza de la Vila, una plaza porticada desde sus orígenes, a pesar de que muchos edificios fueron reformados entre los siglos XVI y XVIII. Entre los edificios más destacados se encuentran la Casa de la Villa, la capilla de Sant Antoni y varias casas señoriales, algunas con ventanales góticos o renacentistas.
